La lucha por sobrevivir de una familia, habiendo llegado a Medellín hace 10 días.
Foto por
Alex Kormann
Productores de campo Laura Trujillo Arango, Juan Ochoa, Maria Alejandra Cardona Aizpurua
Después de viajar cientos de kilómetros a pie, un grupo de 5 venezolanos, quienes se llaman a sí mismos una familia, llegaron a Medellín el 27 de febrero. Antes de dejar sus hogares, ellos tenían trabajos honestos, camarería y peluquería, por ejemplo, pero todos fueron despedidos en el transcurso del año debido al declive de la economía. Ahora en Colombia, la familia trabaja 15 horas al día pidiendo dinero en la calle a cambio de dulces, todo ello para conseguir el suficiente dinero que les permita comprar comida y rentar una pequeña habitación cada noche.
Michael Sánchez sostiene un cartel que dice “Hola amigos somos venezolanos en busca de un mejor futuro. Si pueden colaborarnos con algo de comida o dinero estaríamos muy agradecidos. Dios les bengia y multiplique. Amén. Gracias” Hace esto mientras está sentado en una banca cerca a la estación San Antonio del metro, que fue escogida por la familia como su “base” para el día mientras están separados tratando de ganar dinero suficiente para poder pagar un sitio donde dormir.
Génesis (adelante) y Yuneda (atrás) cuentan la cantidad de dulces para vender a un hombre que se detuvo para darles dinero. Técnicamente no están vendiendo, para ello necesitarían un permiso. En cambio, la gente les da donaciones y ellas en agradecimiento les regalan un dulce. Algunas personas reciben el dulce, mientras otras están simplemente contentas de ayudar.
Génesis Moreno (atrás en el medio) intent vender dulces mientras Yuneda Nelo(adelante a la izquierda) y Michael Sánchez (adelante en el medio) hablan sobre dónde estar para ganar más dinero. Al mismo tiempo, Carlos Gabedes (casi a la derecha) y Jonelle Gabedes (a la derecha) cuentan el dinero para calcular cuánto tendrán que ganar en el día para rentar una pequeña habitación en la noche para los cinco. Carlos se separa del grupo durante todo el día, todos los días para vender los dulces en una calle distinta, en el Poblado, con la esperanza de regresar con algo más de dinero.
Jonelle (izquierda) y Michael toman una siesta debajo de la banca donde la familia ha estado todo el día. Los hombres en la familia reciben, significativamente, menos donaciones que las mujeres, por eso ellos normalmente pasan el tiempo cuidando de sus pertenecías en la banca y tomando siestas.
Jonelle abraza y besa a su novia, Yuneda, al final de la noche. Pese a que cada día es una lucha y es duro, aún hay momentos de alegría, felicidad y amor. Estos revelan la fuerza y resistencia del espíritu humano, demostrando que el amor y la vida impulsan la familia hacía adelante.
Génesis (izquierda) y Michael cuentan el dinero que recaudaron durante el día. En este día en particular la familia hizo dinero suficiente para rentar una habitación donde pasaran la noche. También comienzan a discutir la posibilidad de ahorrar un poco de dinero, cuando sea posible, y tratar de rentar mensualmente un sitio donde vivir.
Génesis descansa sobre sus pertenencias mientras esperan que Carlos regrese a la banca al final de la noche. Génesis ha estado de pie por más de 15 horas en el día tratando de ganar dinero para sobrevivir. Esta es la primera vez que ha podido recostarse y descansar.
(Desde la izquierda) Michael, Yuneda, Jonelle, Génesis y Carlos llevan sus pertenencias por la calle mientras se dirigen al inquilinato donde se han quedado en la noche anterior, en un esfuerzo, una vez más, por rentar una habitación. Para llegar allí deben llevar sus maletas por una de las partes más peligrosas del área del centro de la ciudad donde opera el mercado negro.
Génesis (izquierda) y Jonelle esperan en el pasillo a la espera de alguna habitación libre en el inquilinato para que puedan pasar la noche. Un inquilinato es un pequeño refugio donde las personas pueden rentar pequeñas habitaciones por noche. El pasillo no está bien iluminado y hay cables sueltos, paredes agrietadas y cantidades de tierra se pueden ver allí. Cada habitación tiene un colchón doble, un nochero, un closet y un televisor de caja que requiere un par de golpes para que funcione.
Carlos (en el centro) ve television mientrar Jonelle y Yuneda se besan en la esquina de la cama, Michael y Génesis descansan sobre una pequeña colchoneta que comparten cada noche en el espacio que hay libre en la habitación. Sus pertenencias se acomodan sobre el nochero o contra las paredes.
Jonelle Gabedes camina solo en la mañana para regresar al inquilinato a recoger una maleta que habían dejado la noche anterior.
Yuneda Nelo mira al horizonte con el brillo del sol en rostro mientras está sentada en la banca de la familia. Los días largos dejan mucho tiempo para la reflexión y el pensamiento profundo. Yuneda a menudo expresaba que la vida es mejor en Colombia. Todos dejaron vidas atrás viniendo en busca de algo mejor, pero la pregunta es ¿es esto realmente una mejora?