A family stands on the roof of their apartment building.

Viaje Fotográfico

Un nuevo hogar

Una mirada al interior de donde viven los inmigrantes después de dejar su hogar.

Luego de dejar atrás su país de origen, donde la mayoría de inmigrantes venezolanos pasaron su vida, las familias se ven obligadas a empezar de nuevo. Ellos encuentran, donde puedan, nuevos lugares para vivir alrededor de la ciudad. Algunos viven noche a noche en diferentes inquilinatos, mientras otros viven en apartamentos rentados o casas de una sola habitación. En la mayoría de los casos, el espacio no es suficiente para que las familias puedan estar cómodas.

A mother holds her three children on a bed in their one room home as light hits her face

Andrea Blanco Rondón carga a su hija (desde la izquierda) Lilian, Elisa y Andrés en su cama, en una casa que es una sola habitación en el barrio Santo Domingo, en Medellín. La familia de 5 (el padre no está en la foto) tiene una nevera, un lavadero, una cama y un pequeño baño que todos comparten. Llegaron hace 8 meses de Venezuela y recientemente encontraron la casa.

A woman wearing pink sits on her bed in a small rented room

Naiomi Martínez cuenta su historia dentro su habitación en un refugio el 8 de marzo de 2019 en Medellín, Antioquia, Colombia.

A family is seen on the roof of their apartment through hanging laundry

Deylena Barboza Chadin (en la mitad), y su esposo, Jonathan Freites Salazar, posan con sus hijos (desde la izquierda) Verónica, Luciano y Miranda en la terraza de su apartamento. La familia llegó hace dos años, ambos padres se han ganado la vida como entrenador personal (Jonathan) y como futura abogada (Deylena). Viven en un apartamento de dos habitaciones en un mejor sitio de la ciudad.

A woman wearing a blue shirt looks down over her small rented room

Marisela Garcés posa para un retrato al lado de su cama en una habitación de un refugio el 8 marzo de 2019, en Medellín, Antioquia, Colombia.

A mother holding her baby is reflected in a window overlooking a city skyline

Maríangel Castillo carga a su bebé, Carla, mientras mira por la ventana de apartamento con vista al centro. María Ángel, su esposo y sus dos hijos comparten un apartamento de dos habitaciones con otra familia. Cada una tiene una habitación para ellos y comparten las áreas comunes. Ella migró desde Venezuela y se regresó para dar a luz a su bebé porque ella quería que Carla tuviese la nacionalidad venezolana.

A family lounges in their small rented room in an unkempt hallway

(Desde la izquierda) Yuneda Nelo, Jonelle Gabedes, Carlos Gabedes y Michael Sánchez, sentados en su pequeña habitación amoblada, que es rentada por noche en un inquilinato. El sitio tiene muchas habitaciones que son rentadas por orden de llegada, y generalmente son los lugares que los migrantes encuentran en las noches sin una alternativa más barata. La familia llegó diez días antes de que la foto fuese tomada.

Viviendo día a día

Los amigos crearon una casa en el inquilinato

Viviendo en una habitación estrecha, muchos venezolanos en Colombia pasan la noche en lugares conocidos como inquilinatos, pequeñas habitaciones que pueden ser rentadas diariamente. Por 10 dólares aproximadamente, los migrantes tienen un lugar para descansar en las noches. La mayoría de las habitaciones ofrecen una pequeña cama, un closet un televisor. Cientos de venezolanos que se han dirigido a Colombia, se encuentran en estos lugares porque no pueden costearse un lugar más apropiado.
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